1 de febrero de 2012

LA POESÍA LÍRICA LATINA


LA LÍRICA EN ROMA




En la época primitiva no se puede hablar de poesía, sino de verso. Los restos más primitivos de poesía? lírica que encontramos en Roma se refieren a fórmulas rituales:


1.- El canto de los Arvales (carmen fratrum Arvalium).
 
El texto, tal como nos ha llegado, es una sucesión de términos cuyo sentido se nos escapa, y no puede ser entendido sino por medio de conjeturas.
Es muy posible que a lo largo de los siglos fuera desvirtuándose, y podemos pensar que los mismos que lo cantaban ignoraban su significado.
El alfabeto en que fue escrito era el modelo antiguo que ni se usaba ni se conocía en el momento de la inscripción, y daba lugar a errores y confusiones.
El texto está corrompido, desfigurado y alterado por faltas de todo tipo que hacen imposible su interpretación. Se pueden identificar algunos términos.
Los "Fratres Arvales" eran 12 sacerdotes que en el momento de la luna llena del mes de mayo hacían una procesión en el campo, cantando este poema, después de la reunión anual de este colegio sacerdotal.    
Enos Lases iuvatenos Lases iuvateenos Lases iuvateNeve luae rue Marma sins incurrere in pleoresneve lue rue Marmar ns incurrere in pleoris5 neve lue rue marmar sers incurrere in pleoris.Satur furere Mars limen i, sta berber,satur fu, fere Mars, limen sali sta berber,satur fu, fere mars, limen sai, sa berber.unis alternei advocapit conctos10 semunis alternei advocapit conctossemunis altern advocapit os.Enos Marmor iuvato,enos Marmor iuvato,enos Marmor iuvato.15 Triumpe triumpe triumpe triumumpe.Y el canto de los Salios (carmen Saliorum).
Y el canto de los Salios (carmen Saliorum). Este texto del carmen Saliorum nos ha sido conservado, y no completo, por Varrón (De Lingua Latina, 7, 26). Los "Fratres Salii" cantaban este himno en procesión mientras danzaban.
Su sentido era ininteligible para los romanos de la época clásica, aunque algunos términos se pueden reconocer.    
Cozeui oborieso. Omnia vero ad Patulcium commissei.Ianeus iam es, duonus Cerus es, duonus Ianus. Venies potissimum melios eum recumDivum em pa cante, divum deo supplicate
La primitiva lírica romana tenía una versificación muy peculiar: el verso Saturnio, que es la más antigua forma de versificar en Roma. No se sabe a ciencia cierta si este tipo de verso se basaba en la cantidad, como el verso griego y el romano posterior, o en el acento, como lo hacemos nosotros. Tampoco se conocen sus reglas. Es posible que fueran menos precisas que las que había en la época clásica. Tenían otros mecanismos además de la cantidad de las sílabas y el acento, como la aliteración y la rima.
 
Los primeros poetas Livius Andrónicus, Cnaeus Naevius y Quintus Ennius son más bien poetas épicos y dramáticos.
 
Tal vez, el primer poeta lírico reconocido sea Lucilio (180 - 103 a. C). Era amigo de Escipión el Africano y de Laelius. Escribió 30 libros de Satyrae, en las que trataba todo tipo de temas: políticos, morales, literarios, gramáticos, etc. generalmente con un espíritu mordaz y polémico: golpea con fuerza y hiere profundamente. El término satira/satura expresa mezcla, revuelto, es decir, que bajo el título de Satyrae se puede tratar cualquier cosa. El significado español de este término, indicando crítica dura y mordaz contra todo tipo de personas, procede del uso que se ha dado a este tipo de poesía desde tiempos antiguos. 

Los principales representantes de la lírica latina son: Catulo, Ovidio, Virgilio, Horacio, Tibullo, Propercio, Persio y Juvenal, además del representante de la poesía didáctica: Lucrecio.
 
LOS POETAE NOVI  
   
En el siglo I a. C. aparecen en Roma una serie de poetas llamados por Cicerón poetae novi, que imitan los modelos alejandrinos y al mismo tiempo desprecian a todos los poetas romanos anteriores. Su gran maestro es Calímaco (310 - 240 a. C.) cuyas obras tratan de imitar. Los poemas han de ser breves, ligeros y sutiles. Por lo general sus poemas son del tipo griego ἐπύλλιον, poemas épico - líricos de apenas cien versos, o epigramas, que en dos versos lo dice todo. Prefieren la brevedad y los rasgos concretos a los largos análisis sicológicos. La lengua y la métrica son trabajadas hasta el extremo: emplean términos rebuscados y palabras raras y poco conocidas, y son partidarios de las rarezas en la versificación. Tienen, por otra parte, grandes conocimientos, sobre todo, en mitología. Sus temas son preferentemente amorosos.
Los principales representantes de esta corriente poética son: P. Valerius Cato, C. Licinius Calvus, C. Helvius Cinna, M. Furius Bibaculus, Q. Cornificius, pero, sobre todo C. Valerius Catullus.
     
CATULLUS
    (87? - 54? a. C.)
 
Pertenecía a una familia rica de Verona, pero en poco tiempo dilapidó su fortuna viviendo excesivamente alegre.
Ya en Roma, sólo con 20 años se enamoró perdidamente de la Lesbia que canta en sus poemas, que probablemente era Clodia, esposa de Q. Metellus Celer. No se dedicó a la política, a pesar de que era amigo de personajes importantes y posiblemente la podrían haber ayudado. Se arruino en varias ocasiones, y murió joven de una enfermedad del pecho.
Tiene algunas obras largas del tipo del ἐπύλλιον alejandrino: Bodas de Tetis y Peleo; La cabellera de Berenice, que no son las que más gustaron a la gente.
Pero sus obras principales son los poemas cortos, alrededor de 60, en los que intercala los dedicados a Lesbia (Vivamus mea Lesbia atque amemus), con los que dedica a sus amigos y a sus enemigos.
 
Es simple pero perfecto en la forma, además de natural. Tiene una gracia inimitable, y un espíritu alegre, malicioso y mordaz con el que expresa poderosamente su pasión, sea amorosa, de amistad o de enemistad. A veces raya la grosería y la obscenidad.
Su lenguaje varía con los temas. A veces es familiar casi vulgar llena de diminutivos, y otras veces es más seria, con palabras rebuscadas, cultas y con reminiscencias griegas. La métrica es variada, generalmente relacionada con los alejandrinos.
 
Durante la época de Augusto la lírica latina llegó a su más alta cima. Autores como Virgilio, Horacio, y Ovidio se pueden contar con los más famosos poetas de todos los tiempos.
Virgilio, además de poeta épico, sobresale también por su poesía lírica: Las Bucólicas (véase en el tema de la Poesía épica)

Ovidio, juntamente con Tibulo y Propercio son los reyes de la elegía.


    P. OVIDIUS NASO
     (43 a. C. - 17 p. C.)
 
Ovidio (Publio Ovidio Nasón, 43 a. C. - 17 d. C.) quería ser poeta, a pesar de que estaba destinado por su familia a ser abogado. Y lo consiguió, ya que tenía el don del virtuosismo versificador. Se podría decir que hablaba en verso, ya que lo hacía con tal facilidad que los versos le salían sin querer.
Tuvo mucho éxito en la sociedad de la época debido a su espíritu amable y a su talento. Había vivido en la felicidad cuando tenía el respeto de Augusto, y cuando recibía el aplauso de toda la sociedad, e, incluso, de la corte.
Sin embargo, por motivos poco claros, en el año 8 d. C. una orden del emperador Augusto le desterró a un lugar remoto, a las orillas del mar Negro (el Ponto Euxino), cerca de la desembocadura del río Danubio, lo que entonces se llamaba Tomes y hoy es Constanza en Rumania. En aquellos tiempos era un país bárbaro, y allí murió sin haber conseguido el perdón del emperador.
Augusto había tomado como distintivo de su gobierno la regeneración moral de las costumbre de los ciudadanos. Proclamó unas leyes sobre la represión del adulterio y sobre la obligatoriedad del matrimonio. Ovidio compuso unos poemas galantes sobre cuestiones delicadas: Amores, Ars amandi (Arte de amar), Remedium amoris (Remedio del amor), que parece ser que no fueron del todo del gusto del emperador, porque según él, eran dos obras escandalosas que no ayudaban a que las costumbres romanas se regeneraran. Esto es lo que dice el escritor romano Aurelius Victor:
”Poetam Ovidium pro eo quod tres libellos amatoriae artis conscripsit exilio damnavit Augustus”:
Augusto castigó al poeta Ovidio con el destierro porque escribió tres libros sobre el arte de amar.
Sin embargo el destierro llegó nueve años después de que fueran publicadas tales obras.
Ovidio sabía cuáles habían sido las razones que había tenido Augusto para desterrarlo, pero no quiso desvelarlo ni a sus mejores amigos que habrían podido interceder por él ante el emperador, y, tal vez, habría sido perdonado, o por lo menos, podría haber sido trasladado a otro lugar menos inhóspito. No parece que el motivo literario haya sido el causante del destierro.
Probablemente razones eran otras, y mucho más serias que las meramente literarias y morales.
Hay quien dice que fue por culpa de la esposa de Augusto, Livia, que pretendía que los herederos en el gobierno de Roma fueran sus hijos, concretamente Tiberio, y no los herederos directos de Augusto, entre ellos su nieto Agrippa Postumus, al que primero adoptó como hijo y más tarde desheredó y desterró. Esto llegó a oídos de Ovidio, que, según se dice, tuvo interés en que volviera del destierro, y fue testigo del intento de envenenamiento por parte de Livia, para desembarazarse definitivamente de él.
Sidonio Apollinar desvela que Ovidio había sido amante de Julia, la hija que Augusto tuvo con Scribonia; o, por lo menos, había sido cómplice de sus amores. Sin embargo no parece que fuera desterrado por esto, ya que las fechas no concuerdan.
La nieta de Augusto, Julia, hija de la anterior, tenía una conducta bastante escandalosa, y Ovidio habría sido sorprendido ayudándola en sus amoríos, incluso prestándole su propia casa para que pudiera estar con uno de sus amantes. Augusto habría echado toda la responsabilidad de los devaneos de su nieta a Ovidio, por lo que fue desterrado.
Tal vez Ovidio había asistido a una ceremonia exclusiva de las mujeres en la fiesta de la Buena Diosa en la que, según los ritos del culto, en algunos momentos las mujeres estaban desnudas, y él habría visto a Livia desnuda.
Algunos autores aducen como causa del destierro de Ovidio razones religiosas, como que habría participado en ceremonias adivinatorias clandestinas donde se revelaba la próxima muerte de Augusto y la ascensión al trono de Agripa. De donde en algunos círculos se piensa que Ovidio era un oponente al régimen de Augusto y que participaba en reuniones de tendencia neopitagórica, sospechosas para los poderes públicos.
El caso es que Ovidio fue desterrado, y por mucho que hizo, escribiendo a todos sus amigos en las obras tituladas Tristes y Pónticas, las mejores elegías que se han escrito en lengua latina, no consiguió volver. No sólo fue desterrado, sino que alguna de sus obras, como Arte de amar fue abolida y expurgada de las bibliotecas. Sólo le quedaba el consuelo de que no había perdido ni sus bienes ni sus derechos como ciudadano romano, entre ellos el de hacer testamento.
Además escribió obras que se pueden considerar enciclopédicas, por la gran erudición de que hace gala, sobre todo cuando trata la mitología (Metamorphoseos - Las Metamorfosis) o las leyendas romanas, las fiestas tradicionales del Lacio, los usos de la vida civil y las ceremonias del culto siguiendo el orden del calendario romano (Fasti - Los Fastos).
Tenía muchísima facilidad, según dice él mismo En Tristes (4, 10, vv. 26 y 26) nos habla de su facilidad para versificar:
Sponte sua carmen numeros veniebat ad aptos
et quod tentabam scribere versus erat   
El poema llegaba espontáneamente a sus ritmos oportunos
y todo lo que trataba de escribir se me convertía en verso
Por esa facilidad en la versificación es el más fecundo de los petas latinos, y, también por eso, encuentra la forma de dar a sus narraciones y a la descripción de sus sentimientos la forma más oportuna. Tiene mucha erudición, pero a veces le falta inspiración auténtica de poeta. Sus versos son perfectos.
   
HORACIO
“Natus est VI idus decembris L. Cotta et L. Torquato consulibus, decessit V kal. decembris C. Marcio Censorino et C. Asinio Gallo consulibus post nonum et quinquagesimum annum herede Augusto palam nuncupato, cum urgente vi valetudinis non sufficeret ad obsignandas testamenti tabulas. Humatus et conditus est extremis Esquiliis iuxta Maecenatis tumulum.” (Suetonio, “De viris illustribus”, “Vita Horatii”, 16)
Nació el día sexto antes de los idus de diciembre (8 de diciembre) durante el consulado de L. Cotta y L. Torcuato (65 a. C.), y murió el día quinto de las calendas de diciembre (27 de noviembre) cuando eran cónsules C. Marcio Censorino y C. Asinio Galo (8 a. C.), a la edad de cincuenta y nueve años, después de designar públicamente heredero de sus obras a Augusto; murió de una manera casi repentina, tanto que la fuerza de la enfermedad ni siquiera le permitió firmar su testamento. Sus funerales tuvieron lugar en el mismo sitio donde fue enterrado, en la parte más alejada del Esquilino, junto a la tumba de Mecenas.

Quintus Horatius Flaccus
(65 - 8 a. C.)

    Quintus Horatius Flaccus Nació en Venusa, ciuda de la Apulia, cerca de Lucania. Su padre era un liberto que se dedicaba a recaudar el dinero de los impuestos (coactor), que es lo que nos dice el mismo Horacio, pero que, según otros, también hacía negocios como traficante de salazones (salsamentarius). De ahí que cuando se le quería molestar se le decía: “Quotiens ego vidi patrem tuum bracchio se emungentem!”, “¡Cuántas veces he visto a tu padre con el brazo metido hasta el codo!” (Suetonio, op. cit.). Sea lo que fuere no escatimó ningún sacrificio con tal de ver prosperar a su hijo.
Horacio no se avergonzó en ningún momento de su origen, ya que su padre le dio todo lo necesario para que tuviera una sólida formación moral y los medios para que su instrucción fuera la misma que la de los niños de las familias nobles.
Su padre lo llevó a Roma todavía muy joven, con lo que se convirtió en un joven urbano, sin referencia a la vida campestre y rural, como Virgilio, aunque amaba el campo por la tranquilidad que se respiraba y como refugio en los momentos de mayor actividad. Allí, en Roma, fue su padre quien le dio las primeras lecciones como pedagogo, ya que prefería no tener que fiarse de un esclavo para una tarea tan delicada. Pasó al estudio de la gramática donde recibió las lecciones de un tal Orbilius, al que llama "plagosus", es decir, "aficionado a pegar". Leyó las obras de los antiguos escritores latinos, pero también de los griegos, y leyendo las muestras de la poesía griega descubrió su vocación por la belleza. Sus primeros versos los escribió en griego.
    Gracias a la generosidad y a la inteligencia de su padre, Horacio pudo ir a completar sus estudios filosóficos a Atenas. Allí le llegó la noticia de la muerte de César, y de los consiguientes problemas que se originaron en Roma a raíz del asesinato del dictador.
Horacio pertenecía al círculo de los jóvenes partidarios de la república, causa que veían defendida por Bruto. Éste lo encontró cuando fue a Grecia a reclutar soldados para su ejército, y le confirió el cargo de tribuno de los soldados. Participó en el año 42 en la batalla de Filippos, y como él bien dice, no tenían nada que hacer contra el ejército de Antonio y Augusto. Por ello, en el momento de la derrota fue uno de los que tiró el escudo y huyó. Él nunca lo consideró deshonroso. Se benefició de la amnistía decretada por el triuvirato (Augusto, Marco Antonio y Lépido).
Quedó arruinado, y compró un cargo de escribano en las oficinas de los cuestores, lo que le permitió poder escribir poesía, (Sátiras y Epodos) con lo que comenzó a darse a conocer como poeta. Virgilio y Vario adivinaron su valor y porvenir en el campo de la poesía y le presentaron a Mecenas (en la imagen) el año 39. La primera entrevista fue fría, ya que Horacio era tímido y no hubo comprensión mutua en aquel momento. Nueve meses más tarde se volvieron a encontrar, ya que Mecenas valoró mucho la discreción de Horacio que no había hecho nada para volver a verle, lo llamó y lo introdujo en el círculo de sus amigos. Mecenas ha pasado a la historia de una manera un tanto gris, bajo la sombra de Augusto, por un lado, de quien fue consejero, y de los grandes poetas a los que apadrinó y a los que proporcionó la suficiente seguridad para que pudieran dedicarse a llevar a cabo sus obras maestras.     
Mecenas despreciaba la vulgaridad y se dejaba llevar por una elegancia discreta y refinada al mismo tiempo.
El año 33 a. C. Mecenas le regaló una casa de campo en la Sabinia. Augusto quiso hacer de Horacio su secretario epistolar, pero él no se aprovechó de la situación para trepar en los distintos cargos de la administración. Prefería esa “aurea mediocritas” que se podría interpretar como una medianía tranquila y sin sobresaltos, pero que al mismo tiempo produce tanto placer que se puede comparar con el oro. Conservaba su ocio sin molestar a nadie en provecho de sus letras y de la filosofía. Su vida se desarrollaba entre Roma y su finca de la Sabinia, de una forma tranquila que le permitía dedicarse a sus poemas.
El año 8 a. C. murió Mecenas no sin antes haber recomendado a Horacio delante de Augusto. Pero el mismo Horacio murió poco después de una manera repentina y sin haber podido redactar su testamento. Lo que no fue óbice para que delante de todos los que pudieron oírle decretase que Augusto era el destinatario de todos sus bienes. Se le hicieron unos suntuosos funerales y se le enterró cerca de donde había sido enterrado Mecenas.
Era un hombre rechoncho y tranquilo (brevis atque obesus), debido a su complexión. Augusto lo comparaba con un pequeño tonel. Tenía una piel fresca y los ojos negros. Fue encaneciendo con la edad. Se encolerizaba con mucha facilidad, pero también se tranquilizaba en seguida. Supo gozar sin estridencias de todos los placeres del campo y de la ciudad, de la sociedad más escogida de Roma y de la soledad de su finca. Fino observador y agudo psicólogo nada le pasaba inadvertido. Su moral era la de la moderación, práctica y realista. Se defendía cuando se le atacaba y se enfadaba cuando alguien escribía mal o con malos versos. Era bastante egoísta y no tuvo nada de héroe.
 
OBRAS

EPODOS    17 obras de juventud, escritas entre los años 41 y 30 a. C., en los que Horacio imita, con temas romanos, los metros y el espíritu del griego Archiloco. Son poemas cortos escritos en dísticos yámbicos. Sus temas son: 1.- Los que se dirigen contra personas concretas; 2.- los que simplemente sirven de distracción; 3.-los epodos cívicos, 4.- los epodos amorosos y báquicos.
Entre todos estos poemas el más famoso es el “Beatus ille qui procul negotiis…”, (“Dichoso aquel que de pleitos alejado…”), que sirvió de inspiración a Fray Luis de León para su “Oda a la vida retirada” que comienza con estas palabras:
“Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido”.     
    Fray Luis de León

ODAS    El espíritu de Horacio era lírico, y por tanto sus mejores obras están entre las “odas”, en las que, imitando a Safo y a Alceo, toca todo tipo de temas, porque todos se prestan más o menos al lirismo. Fijó sus ritmos con vigor, y obtuvo de la lengua latina efectos admirables con una forma muy sobria. Las odas familiares son las que más se prestan, ya que tratan con gran finura y delicadez exquisita, de sus placeres, de sus alegrías, de sus tristezas, de los consejos a sus amigos. Cuando habla de la naturaleza, se le nota que ama al campo por la tranquilidad que proporciona, no por sí mismo como Virgilio. 


“CARMEN SAECULARE”    Apoyó las intenciones religiosas y morales de Augusto en cuanto que estaban de acuerdo con su propia filosofía y su deseo de tranquilidad y orden. Por eso el año 17 a. C. Augusto le encargó la redacción del himno que debían cantar en el Palatino 27 chicos y 27 chicas el tercer día de los “Ludi Saeculares” (del 31 de mayo al 2 de junio), en honor de los dioses, y en particular, de Apolo. Realizó una obra académica, sin gran entusiasmo. Ensalzó a Augusto y a los miembros de su familia. Se nota más perfección técnica de arte que fervor de poeta.    


“SATIRAS”    Dos libros en hexámetros, en las que trata de fustigar los vicios y los lugares comunes sin alusiones personales: inconstancia, parcialidad, indiscreción, por un lado, y, por otro, pasiones más funestas, como la avaricia, la ambición y la intemperancia. En estos versos alaba también la vida sencilla. Su gran maestro fue Lucilio, pero dejó de lado sus extremismos. Trató de buscar la originalidad de otra manera. Era una ocasión para hablar de sí mismo y para dar lecciones de vida sencilla. Se van convirtiendo en charlas, cada vez más dramáticas entre interlocutores anónimos que intercambiaban puntos de vista por medio procedimientos teatrales, diálogos, fábulas, ejemplos, que eliminan toda monotonía.


“EPÍSTOLAS”    Se presentaron como cartas, correspondencia, pero en verso, también en hexámetros. Sin embargo, eran para Horacio “Sermones”, es decir, “conversaciones”, charlas de tono mordaz o relajado. Son como las cartas escritas en prosa con matices didácticos y engalanadas con la urbanitas: gracia, inspiración, humor, elegancia. Da consejos con una moral más profunda, como un hombre que se está haciendo viejo y que se apoya cada vez más en la filosofía sin hacerlo notar. Se convierte en el guía del cortesano, pero él sigue siendo independiente Los temas preferidos son los morales, literarios y filosóficos.
Entre las “Epístolas”, destaca la “Epistola ad Pisones”, llamada también “Arte poética”, que no es otra cosa que una recopilación de los consejos de Horacio a los hijos de su amigo Pisón acerca de la literatura y de la dificultad de la poesía. Insiste en la necesidad del trabajo, pues la disposición natural no basta. Ha de predominar la razón: "Scribendi recte sapere est et principium et fons": el conocimiento recto es el principio y la fuente de todo escritor.
Horacio se dice epicúreo y tiene como maestro a Epicuro; siguiendo a su maestro busca en todo la "aurea mediocritas", es decir, gozar de la vida, y, para gozarla bien, hay que ser moderado en los placeres, guardar la tranquilidad del alma en todo momento, saber contentarse con poco, aprovechar el presente (carpe diem) pues la muerte vendrá enseguida. 

Horacio está sensibilizado con el honor y la grandeza de Roma. Augusto quiso dar relieve a la religión y a las costumbres de los antiguos romanos. Para ello pensó que iba a tener la ayuda inestimable de Horacio. Éste cantó sentimientos patrióticos que no le eran extraños. Sin embargo su tono es más frío e impersonal cuando alaba en sus odas la austeridad de los antiguos romanos y su coraje civil y militar.
 
El estilo de Horacio es importante por su justeza, su perfección, por la precisión neta de sus imágenes y por la unión acertada de palabras nuevas. No es prolijo pero a veces se le nota cierto artificio sobre todo en el empleo de los nombres propios, a imitación de los líricos griegos.
A lo largo de su carrera se nota un progreso evidente. Comienza imitando a Lucilio, pero cada vez su inspiración es más personal y se hace más exigente tanto en el fondo como en la forma: la versificación es más rigurosa a medida que pasa el tiempo, y consigue que sea auténticamente latina. El apogeo de su talento lírico está en el libro tercero de las “Odas”. A medida que pasa el tiempo se le va afirmando el carácter romano, tanto en ideas como en vocabulario. Llegó a ser clásico, según su predicción, pero no llegó a ser popular: "Odi profanum vulgus et arceo".


TÓPICOS HORACIANOS
 
1.- Ab ovo usque ad mala. (Sermones, 1, 3, 6) (Desde el huevo a las manzanas)
2.- Aliquando bonus dormitat Homerus. (Ars poetica, 359) (En ocasiones hasta el buen Homero echa un sueñecito)
3.- Aequam memento rebus in arduis servare mentem. (Odas) (Acuérdate de conservar la mente despejada en los momentos difíciles)
4.- Amoto quaeramus seria ludo. (Una vez dejado de lado el juego, busquemos las cosas serias)
5.- Aurea mediocritas. (Odas, 2, 10, 5) (La dorada medianía)
6.- Aut insanit homo, aut versus facit (Satiras, II,.VII, 117) (O el hombre está loco o hace versos)
7.- Beatus ille. (Epodos, 2, 1) (Dichoso aquél)
8.- Bella detesta matribus (Las guerras detestadas por las madres)
9.- Bis repetita placent (Las cosas repetidas agradan)
10.- Caelum, non animum mutant qui trans mare currunt (Epistulae, I, XI, .278) (Los que corren al otro lado del mar no cambian ni el cielo ni el espíritu)
11.- Carpe diem. (Odas, I, 11, 8) (Aprovecha el día)
12.- Crescentem sequitur cura pecuniam. (Odas) (Cuanto más crece el dinero más crece la preocupación)
13.- Cui placet alterius, sua nimirum est odio sors. (Epistulae) (A quien agrada lo del otro su suerte se convierte en cosa odiada)
14.- Cura esse quod audis. (Preocúpate de ser lo que oyes que eres)
15.- Decipimur specie recti. (Somos engañados con la apariencia de verdad)
16.- Dimidium facti, qui bene coepit, hebet. (Epistulae 1, II, 40) (Un buen principio es la mitad del hecho)
17.- Dulce est desipere in loco. (Odas) (Es cosa agradable un momento de locura)
18.- Dulce et decorum est pro patria mori. (Odas III, 2, 13) (Es dulce y honroso morir por la patria)
19.- Eheu fugaces labuntur anni (Odas) (¡Ay! ¡cuán rápidos se pasan los años!)
20.- Est modus in rebus; sunt certi denique fines quos ultra citraque negat consistere rectum. (Saturae) (Hay una medida para las cosas; al final hay ciertos límites más allá o más acá de los cuales el bien no puede subsistir)
21.- Exegi monumentum aere perennius. (Odas, III, 30, 1) (He levantado un monumento más duradero que el bronce)
22.- Gaudet equis canibusque et aprici gramine campi. (Disfruta con los caballos, con los perros y con los campos llenos de hierba)
23.- Genus irritabile vatum. (Epistulae, cfr. Ars poetica 24)(Epistulae, 2, II,109) (Raza insoportable de los poetas)
24.- Graecia capta ferum victorem (captorem) cepit et artes intulit agresti Latio. (Epistulae, 2, 1, 156) (Grecia capturada, capturó a su feroz capturador)
25.- Iactes et genus et nomen inutile (Odas) (Es necio quien se jacta de su estirpe y de su nombre.)
26.- In amore haec sunt mala: bellum, pax rursum. (En el amor son malas las dos cosas: la guerra y la paz de nuevo)
27.- In medias res (Ars poetica 148) (Al meollo de la cuestión)
28.- In vitium ducit culpae fuga. (La huída de la culpa lleva al vicio)
29.- Ira furor brevis est. (Epistulae) (La ira es como una locura breve)
30.- Laudator temporis acti. (Ars poetica) (Adulador de tiempo pasado)
31.- Mors ultima linea rerum est. (Epistulae, I, XVI, 79) (La muerte es la meta de todas las cosas)
32.- Multa renascentur quae iam cecidere. (Ars poetica, 70) (Muchas cosas que cayeron, han vuelto a nacer)
33.- Nec scire fas est omnia. (Odas) (No es posible saberlo todo)
34.- Nescit vox missa reverti. (Ars Poetica 390) (La palabra que ha salido de la boca no sabe volver)
35.- Nil mortalibus arduum est. (Odas, I, 3, 37) (No hay nada demasiado difícil para los mortales)
36.- Non omnis moriar. (Odas, III, 30, 6). (No moriré del todo)
37.- Nunc est bibendum (Ahora hay que beber)
38.- O, imitatores, servum pecus. (Epistulae) (¡Oh imitadores, rebaño servil!)
39.- Odi profanum vulgus et arceo. (Odas, III, 1,1) (Odio al vulgo profano y lo rechazo)
40.- Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci (Ars Poetica) (Ha triunfado quien unió lo útil con lo agradable.)
41.- Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas regumque turres. (Odas I, 4, 13 - 14) (La muerte pálida golpea con el mismo pie las chozas de los pobres y las torres de los reyes)
42.- Parturient montes, nascetur ridiculus mus. (Ars poetica, 139) (Parirán los montes y nacerá un ridículo ratoncillo)
43.- Permitte divis cetera. (Odas) (Encomienda a los dioses las demás cosas)
44.- Pulchre, bene, recte. (Ars poetica, 428) (Con hermosura, bien y con corrección)
45.- Quid aeternis minorem consiliis animum fatigas? (Odas) (¿Por qué fatigas el espíritu débil con proyectos eternos?)
46.- Quid de quoque viro et cui dicas, saepe videto. (Epistulae) (Considera a menudo qué dices, acerca de quién y a quién se lo dices)
47.- Quid rides? Mutato nomine de te fabula narratur (¿Por qué te ríes? La fábula se refiere a ti, aunque con otro nombre)
48.- Quidquid praecipies esto brevis ut cito dicta percipiant animi dociles teneantque fideles. (Ars poetica, 335 - 336) (Sé conciso en tus preceptos, para que el ánimo los coja prontamente y los retenga con fidelidad)
49.- Rara avis. (Sermones, 2, 2, 26) (Un ave rara)
50.- Rem tene, verba sequentur. (Ars poetica, cfr. 311) (Conoce bien el asunto, que las palabras seguirán)
51.- Ridentem dicere verum quid vetat? (Saturae) (¿Qué impide decir la verdad con alegría?)
52.- Saepe stylum vertas, iterum quae digna legi sint scripturus. (Saturae) (Tacha a menudo si quieres escribir cosas que sean dignas de ser leídas.)
53.- Serviet aeternum qui parvo nesciet uti. (Epistulae) (Será esclavo eterno quien no sepa usar las cosas pequeñas)
54.- Usus te plura docebit. (Ars poetica) (El uso te enseñará muchas cosas)
55.- Ut pictura poesis. (Ars poetica, 361) (La poesía es como una pintura)
56.- Verba provisam rem non invita sequentur. (Ars poetica, 311) (Las palabra siguen casi sin querer los pensamientos preparados.)
57.- Virtutem doctrina parit. (La ciencia engendra virtud)
58.- Vitando est ioba Si
mprren desidia. (Saturae II, 3, 14) (Hay que evitar esa perniciosa Sirena que es la desidia)
 
Para saber más de los Tópicos Horacianos y de otros aforismos, ver:
 
http://sapiens.ya.com/aforismosI

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