8 de marzo de 2010

EL DESTINO TRÁGICO DE EDIPO

EI mito de Edipo

El mito de Edipo está compuesto de varios episodios que los autores trágicos tornaron corno temas de varias piezas dramáticas. La rnás famosa de estas tragedias es, sin duda, Edipo Rey, de Sófocles. Pero también Los siete contra Tebas, de Esquilo, Edipo en Colono de Sófocles, y Las fenicias, de Eurípides, tratan diversos episodios de la misma saga mítica.

Un destino inexorable


El rey de Tebas, Layo, hijo de Lábdaco, acudió a] oráculo de Delfos a consultar a la pitonisa sobre su destino. Contestó la divinidad con un consejo: Evita tener hijos. Si tienes alguno, matará a su padre y se casará con su madre. Pero Layo y Yocasta engendraron un niño, al que luego decidieron dar muerte, temerosos de la maldición del oráculo. Y ordenaron a un sirviente de palacio que abandonara al niño en el bosque del Citerón, a fin de que allí lo devoraran las fieras del monte.  El servidor lo dejó allí, con un pie taladrado por una fíbula de bronce. Un pastor encontró al niño abandonado y fue a entregarlo a los reyes de Corinto, que, como no tenían descendencia, lo acogieron corno a un hijo propio. El pequeño recibió el nombre de “Edipo”  -que significa “pie hinchado” por la marca que dejó en él aquella herida- y creció en el palacio de Corinto como un príncipe de noble estirpe. Y, ya adolescente, fue a consultar al oráculo del famoso santuario de Delfos sobre su destino. Y el oráculo respondió:

Matarás a tu padre y te casarás con tu madre


El inútil esfuerzo por escapar al destino

El joven Edipo, aterrorizado, decidió no regresar a Corinto para evitar la desdicha. En la encrucijada de la montaña, al salir de Delfos, se topó con  un coche de caballos que estuvo a punto de atropellarlo. Estalló una disputa y Edipo mató al señor del carro, un noble cuyo nombre ignoraba. Era Layo, rey Tebas. Precisamente a Tebas se dirigió luego Edipo. 


El enigma de la Esfinge

La ciudad estaba aterrorizada por un terrible monstruo, que asolaba sus campos y destruía a sus jóvenes. monstruo, mitad mujer, mitad león alado, salió al encuentro del caminante y le planteó una pregunta:

¿Qué animal anda a cuatro pies por la mañana, con dos al mediodía y tres en la tarde?



Edipo resolvió el enigma respondiendo "el hombre" (que avanza a cuatro patas de pequeño, erguido en su plenitud, y con la ayuda un bastón de viejo). Entonces desapareció el monstruo suicidándose, y el joven entró en la ciudad como un héroe salvador. Como premio, allí le aguardaba la realeza y la boda con la reina, la viuda del rey Layo, Yocasta. ¡Se había cumplido la profecía!. La advertencia del oráculo déIfico se había realizado fatídicamente, pese a los esfuerzos del héroe por evitar su destino.

El aciago final de Edipo

Pasaron los años y del matrimonio nacieron cuatro hijos: dos varones, Polinices y Eteocles, y dos muchachas, Antígona e Ismena. Y un día Edipo conoció la terrible verdad sobre su propia historia. Horrorizado, se arrancó los ojos y se condenó a sí mismo al destierro. Yocasta se suicidó. Su hija Antígona acompañó, como lazarillo, al desventurado Edipo en su exilio errante

Los hijos de Edipo

Edipo maldijo a sus dos hijos, que se pelearon por el trono, y acabaron matándose mutuamente a las puertas del muro de Tebas. Luego Antígona, al rendir honores fúnebres a Polinices, al que el rey de Tebas, su tío Creonte, había prohibido enterrar por considerarlo enemigo de la ciudad, fue apresada y condenada a muerte. Fue encerrada una cueva y allí se suicidó. El anciano Edipo vagó hasta su muerte, que fue en la aldea de Colono, cerca de Atenas.







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