4 de noviembre de 2011

LA POESÍA ÉPICA. VIRGILIO


1.- ORÍGENES DE LA ÉPICA EN ROMA
 En todas las civilizaciones antiguas se acostumbraba a cantar las hazañas de los antepasados. En todas las culturas antiguas aparece la figura de quien solía recitar historias, que, en muchas ocasiones, eran reconocidas como propias, ya que, probablemente, eran los propios padres o abuelos de los que las oían los protagonistas de ellas.
No nos podemos olvidar de los elogios fúnebres. Siempre se ha considerado que cuando uno muere llega para él el día de las alabanzas. No importa que no sean verdad, o, por lo menos, no de esa manera. En ese momento nadie va a decir nada por una alabanza de más. Varrón lo dice:

Sin embargo fue la tradición épica griega la que entró en Roma. En la época de las guerras Púnicas la relación con Grecia fue mucho más intensa y los romanos comenzaron a imitar la literatura griega. Las grandes epopeyas, La Ilíada  y La Odisea calaron en la gente y los primeros dramaturgos y poetas las tradujeron al latín en forma de poemas y de obras dramáticas. Esto ocurrió porque los romanos no tenían un hecho histórico que suscitase poemas de la misma forma que la Guerra de Troya había sido el origen de los poemas griegos.
Al contacto con las obras maestras helénicas los romanos desarrollaron su talento y produjeron obras literarias originales. La literatura latina no apareció espontáneamente, como la griega, sino por imitación de los géneros literarios que se habían formado en Grecia. Tal vez por esta razón los primeros poetas no se ejercitaron en un solo género, como los griegos, sino que cultivaron varios a la vez: tragedia, epopeya,... Los géneros literarios no se sucedieron en Roma, sino que aparecieron casi al mismo tiempo.
 En el 264 a. C. comenzó la Primera Guerra Púnica contra los Cartagineses. En esta guerra los poetas vieron la epopeya que les faltaba. Y así, Cneo Nevio, que participó en ella, escribió su obra Bellum Punicum.
Los primeros poemas épicos de que tenemos noticia, los de Livio Andrónico y Cneo Nevio, estaban escritos en verso saturnio. No se sabe a ciencia cierta cómo era y de cuántas sílabas se componía. Lo que sí parece fuera de toda duda es que su acento era musical. Sin embargo, no se conoce con precisión cuál era la alternancia de sílabas largas y breves, dónde caía el acento, cuáles eran las sílabas de sustitución, etc. Se podría comparar a los cantos populares actuales que tienen una gran libertad de metro y rima.
Pronto apareció el verso que había manejado con maestría Homero en sus dos obras: el hexámetro. Ennio escribió su gran epopeya Annales en versos hexámetros, que están compuestos, como su mismo nombre indica, de seis medidas o pies de tres sílabas, una larga (—) y dos breves (UU): —UU. Estos pies métricos son como en música un compás de 2/4, en el que una nota negra (sílaba larga) dura lo mismo que dos corcheas (dos sílabas breves), y a su vez las dos corcheas (sílabas breves) se pueden sustituir por una nota negra (sílaba larga). 
El esquema del hexámetro es el siguiente
UU /  — UU  /  — UU /  — UU  /  — UU  /  — U
Se ve que en los cuatro primeros pies las dos sílabas breves se pueden sustituir por una larga, y que el último pie sólo tiene dos sílabas; la última sílaba puede ser tanto larga como breve.

PRIMEROS POETAS ÉPICOS
Los primeros poetas no sólo cultivaban el género épico, sino también el dramático: Además de epopeyas escribieron tragedias y comedias.


Livio Andrónico      (284? -  200? a. C.)
Era un joven griego de Tarento que, en el año 272, quizá muy joven, fue hecho prisionero cuando el ejército de Pirro abandonó la ciudad dejando sólo una pequeña guarnición de soldados que se rindieron a los romanos. Fue llevado a Roma convertido en esclavo  de un tal Livius, quizás el padre de Livius Salinator, vencedor de Asdrúbal en la batalla de Metauro. Cuando consiguió la libertad, se apropió, como se solía hacer, del nombre de su dueño. Fue preceptor de los hijos de su señor, y más tarde, una vez libre, como hacían muchos esclavos griegos cuando conseguían la libertad, abrió una escuela y se dedicó a enseñar el griego y el latín por medio de traducciones y adaptaciones de obras griegas, sobre todo de la Odisea.
En el año 240, con ocasión de los "Ludi Romani", estrenó en Roma su primera obra dramática, aunque no sabemos si fue una comedia o una tragedia. El año 207, después de la batalla de Metauro, para conmemorar que Italia había sido salvada del invasor Asdrúbal, se le encargó componer un himno en honor de Juno Reina, que debían cantar en procesión tres coros de nueve muchachas cada uno. Formó una especie de asociación profesional de escritores y actores ("collegium scribarum histrionumque") que tenía su sede en el templo de Minerva, en el Aventino.
Era un buen conocedor de las epopeyas de su país, y de esta manera no tuvo mucha dificultad en traducir la Odisea de Homero al Latín en versos saturnios. A pesar de ser griego, se dedicó a descubrir en el latín los recursos necesarios para que se convirtiera en una lengua literaria. No es una simple traducción, sino que inició a los romanos en la imitación personal de las obras maestras griegas
Sólo nos quedan unos pocos versos (60), pero se puede apreciar su afán docente. Tanto que su Odisea fue el libro, la enciclopedia que emplearon los maestros latinos durante mucho tiempo, para enseñar todas las disciplinas a sus alumnos. Esto quiere decir que la Odisea de Livio Andrónico tiene un carácter eminentemente latino, a pesar de que su autor era griego.


Cneo Nevio   (antes de 261 - 201? a. C.)
Al contrario que su contemporáneo Livio Andrónico, Cn. Nevio era latino, de la Campania, y ciudadano romano. Antes que poeta fue soldado. Combatió en la Primera Guerra Púnica, que terminó el año 241. A partir de ese momento se dedicó tanto a escribir tragedias como poemas, sobre todo el gran poema épico en versos saturnios Bellum punicum.
Nevio tuvo la originalidad con esta obra de crear la epopeya nacional romana. Como su título indica, se refiere a la que entonces no era más que la guerra contra los Cartagineses, sin que fuera ni la primera ni otra. A propósito de la narración de esta guerra, en la que él estuvo presente, contaba la historia de la vieja Roma, desde la caída de Troya y la huída de Eneas, a quien el poeta hace llegar a Cartago. Los amores entre Dido, reina de Cartago, y Eneas, frustrados por los dioses, aparecen como el origen de la enemistad entre los dos pueblos: Romanos y Cartagineses. (Cfr. Lecturas romanas, Dido y Eneas)
Tomó a los griegos como modelo pero no los imitó de una manera servil, y creó la poesía verdaderamente romana. Es el primer romano que merece el nombre de poeta. Virgilio tomará muchos de sus pasajes. Cambia mucho al pasar de lo mitológico y novelesco a la narración de lo histórico.
Era un hombre del pueblo, enemigo de los patricios. Tuvo sus más y sus menos con los prohombres de su tiempo, como Escipión Emiliano, y, sobre todo, atacó a la poderosa familia de los Metelo. Aun preso por no refrenar su lengua, siguió atacando a la nobleza. Fue un auténtico romano, tanto por su energía como por su altura moral. Murió desterrado en África.
Ha quedado para la posteridad ese verso saturnio de doble sentido

 Fato Metelli Romae fiunt consules
                                                   que se puede traducir de dos maneras
Los Metelos son nombrados cónsules en Roma por la ley del destino
Es fatal para Roma que los Metelos sean nombrados cónsules.

Este ataque dio lugar también a una respuesta ambigua por parte de los Metelos

Dabunt malum Metelli Naevio poetae

En que según se traduzca la palabra malum como mal o como manzana (símbolo del amor) significará
Los Metelos darán su merecido al poeta Nevio

Los Metelos darán un signo de amor al poeta Nevio


Ennio  (239 - 169 a. C.)

Era natural de una zona de Italia (Rudias, en Mesapia, al sur de Brindis, cerca de Tarento) donde el nacimiento no daba derecho a la ciudadanía romana. Los naturales de estas zonas se consideraban socii, es decir, aliados de los romanos propiamente dichos, y participaban en el ejército. Ennio sirvió en el ejército romano ganando distinciones castrenses. Se estableció en Roma donde se dedicó a dar lecciones de griego, ya que en la zona donde nació era la lengua materna. Además en su lugar de origen también se hablaba el osco.
 Su espíritu era griego, y encontró un buen caldo de cultivo en Roma, que, después de la 2ª guerra Púnica (batalla de Zama. 202 a. C.) estaba preparada para recibir la cultura griega. 
Comenzó su epopeya con los orígenes de Roma, dedicando a ello 6 libros. Trató de emular y superar a Nevio. Éste se había dedicado a la primera Guerra Púnica, y Ennio pasó casi de largo por ella para dedicarse más tiempo al gran acontecimiento casi contemporáneo de la Segunda Guerra Púnica, y la lucha de Roma contra Aníbal, describiendo el ambiente patriótico romano después de la victoria. Se vio en cierto modo obligado por el título de la obra a continuar el poema con los acontecimientos posteriores, a los que puso fin su muerte.
Tuvo gran popularidad en Roma. Hasta La Eneida fue la epopeya nacional de los romanos.
No utilizó el verso saturnio, como Livio Andrónico y Nevio, sino que fiel a su espíritu helénico trató de componer su epopeya utilizando el verso por antonomasia de la epopeya griega: el hexámetro. Sin embargo habrían de pasar casi dos siglos para que este verso griego llegase a la madurez en latín y se convirtiera en verso genuinamente latino con Virgilio.





2.- LA ÉPICA EN LA ÉPOCA DE AUGUSTO

Publius Vergilius Maro
  (70 - 19 a. C.) 
Puede ser considerado el poeta nacional Romano por excelencia, ya que con su obra, sobre todo con "La Eneida", contribuyó al asentamiento de Augusto en la más alta magistratura de Roma, logrando el establecimiento, de una manera definitiva, del poder personal y la caída de la República.
Nació en Andes, un pueblo cercano a Mantua, de una familia de agricultores acomodados, y se educó en su niñez dentro de un medio rural, que le dio la sensibilidad necesaria para sentir la naturaleza y sus fenómenos, como se aprecia en las "Bucólicas" y en las "Geórgicas", que se basan fundamentalmente en lo pastoril, las primeras, y en lo agrícola, las segundas. Su salud fue delicada. Creció entre los rústicos de la Lombardía y durante toda su vida siguió pareciendo un campesino ligado a la tierra. Toda su obra está llena de estos recuerdos infantiles de amor a la naturaleza.
Estudió la gramática en Cremona, y la retórica en Milán y Roma. Aquí se interesó por los círculos poéticos de Catulo, los poetae novi”, y Lucrecio, que le despertaron su vocación de poeta y aprendió; lo mismo que en Nápoles, donde estudió todas las ciencias de entonces y adquirió el sentido de observación tan fino característico de su poesía. Pero volvió al campo, que era donde se encontraba más a gusto (año 43 a. C.).
Tal vez fue expropiado de sus posesiones para la entrega de tierras a los veteranos de las guerras civiles, pero, sea como fuere, más tarde recibió la recompensa, tanto por parte de Augusto como de otros bienhechores (Mecenas), de tal forma que llegó a contar con una fortuna suficiente para poder dedicarse a la poesía. Por razones de salud dejó la Cisalpina y se estableció en la Campania, donde se dedicó a escribir sus poemas, cuya composición tuvo que interrumpir en repetidas ocasiones por su mala salud: sufría de la garganta, del estómago, de la cabeza, y tenía vómitos de sangre.
Llevaba 10 años trabajando en "La Eneida" cuando decidió hacer un viaje a Grecia. Esperando este viaje cayó enfermo y no pudo partir. Murió en Brindis el 22 de septiembre del año 19 a. C.
Hacia los 28  años (40 - 37 a. C.) se dedicó a escribir las "Bucólicas", tarea que le ocupó 4 años. Se trata de cierto tipo de poesía pastoril, a imitación de los  JIdulia" de Teócrito de Siracusa, pero imita con total libertad. No lo traduce, sino que lo condensa y adapta. Los paisajes son italianos, y bien conocidos por Virgilio. Son conversaciones entre pastores, si bien es verdad que en algunas ocasiones estos pastores no parecen serlo, por el lenguaje que emplean. Se trata de problemas pastoriles, justas poéticas, quejas,... Es un género ficticio, pero su sentir por el campo es muy fuerte, real y encantador, sobre todo en sus descripciones. Son 10 poemas no demasiado largos. Sólo dos pasan de los 100 versos: el 3º y el 8º.
Los poemas I y IX se refieren a episodios de su vida con relación al reparto de tierras por parte de Augusto y la recompensa que le da al devolvérselas. No es de extrañar la alabanza a Augusto en el poema I. Éste es el poema que publicó en primer lugar, aunque no fue el primero que escribió. El poema IV habla de una edad de oro producida por un niño que va a nacer. Se trataba del hijo de su amigo Pollión, pero en algunos círculos se consideró como una especie de profecía del cristianismo.



A continuación, durante siete años (37 - 30 a. C.) compuso las "Geórgicas": cuatro libros de algo más de 500 versos cada uno, que tratan sobre las labores del campo: tanto de los vegetales como de los animales. Virgilio amaba la naturaleza, pero además estaba el interés de Augusto por que la gente, sobre todo los veteranos a quienes había repartido tierras, se aficionaran a la agricultura y las cultivaran ellos mismos. En estos dos puntos podemos apreciar los incentivos necesarios para la realización de estos poemas.
No es de extrañar que tardase tanto tiempo en completar Las Geórgicas, ya que tuvo que estudiar todo lo referente a la agricultura, como geografía, mitología, astronomía, etc. Lo hizo con ayuda de los eruditos griegos: Hesíodo, Aristóteles, Teofrasto, Eratóstenes, y romanos: Catón y Varrón.
Insiste, sobre todo, en que la tierra ha de ser cultivada con amor y dedicación, y que hay que dejarla lo menos posible en las manos de los esclavos. Para eso no han de cultivarse grandes extensiones.
No tuvo demasiado resultado práctico, ya que no eran poemas populares, sino cultos, ininteligibles para los campesinos, que, además, apenas sabían leer.
 Además de los distintos problemas y cuestiones agrícolas, en cada libro destacan ciertos episodios, relatos más o menos largos, que rompen la monotonía de la disertación sin variar el tema, como los prodigios a la muerte de  César (libro I); el elogio de Italia (libro II); la peste de los animales (libro III); Aristeo (libro IV), así como el tratamiento que da a las abejas.
Es la obra más perfecta de Virgilio, porque hacer interesante un poema didáctico tiene gran mérito. Es un trabajo bien hecho y concienzudo no exento de sensibilidad poética Se nota su ascendencia rural en el tratamiento de los temas y de las descripciones.
Pero su obra cumbre es la "Eneida", a la que dedicó los 11 últimos años de su vida (30 - 19 a. C.). Virgilio deseaba coordinar la belleza griega con el espíritu nacional romano, sumergirse en los tiempos homéricos y servir a la gloria de Augusto. El establecimiento en Italia del Troyano Eneas le pareció adecuado para su proyecto. Era una vaga leyenda que encontró apoyo en los santuarios, sobre todo en los de Venus, y que agradó a la imaginación de muchas familias nobles de Roma que pretendían entroncar con antepasados troyanos: los Julios en particular, familia adoptiva de Augusto, consideraban antepasado suyo a Iulo, hijo de Eneas y nieto de Venus.
Mientras trata de las vicisitudes de Eneas, jefe Troyano, para fundar una nueva Troya, dedica su entusiasmo a Augusto y a Roma. A Augusto, porque le hace descendiente de Iulo, hijo de Eneas y nieto de la diosa Venus. A Roma, porque a través de toda la narración es Roma quien está presente. No en realidad, pero sí en el pensamiento y en el futuro. Por todo ello fue considerado el poema nacional, la epopeya que necesitaba Augusto para dignificar su cargo y, de paso, hacer de Roma lo más grande, ya que estaba en el pensamiento de los dioses; por ella los hombres entablan grandes combates:  
"Tantae molis erat Romanam condere gentem”

El epitafio puesto en su tumba resume su vida:



Mantua me genuit, Calabri rapuere, 
tenet nunc Parthenope,
cecini pascua, rura, duces






Mantua me engendró, La Calabria tiró de mí
Ahora me tiene Parthénope (Nápoles)
he cantado los pastos, los campos, los jefes

La  Eneida 
Es la epopeya de la predestinación de Roma, como expresión concreta de los sentimientos comunes de un pueblo. En el poema hay un protagonista: ROMA, y, tras ella, Augusto, guardián de sus destinos. Éste posee el valor y la fría voluntad de Eneas y se enorgullece de ello.
Pero la patria, según Virgilio, no es sólo el príncipe, sino también la tierra de Italia y los hombres que en ella habitan; lo es también el tesoro de sus leyendas, de sus tradiciones, de su historia. Cuando los Troyanos pisan en suelo de Italia el poeta hace exclamar a Eneas: “Hic domus, hic patria est”.
Además de un canto a Roma e Italia, la Eneida es una epopeya de la restauración moral y religiosa deseada por Augusto.
La Eneida está compuesta en 12 cantos. Virgilio tardó, como hemos dicho, 11 años en terminarla y la dejó inacabada. Precisamente para terminarla y antes de dar su última mano, quiso conocer los lugares donde transcurría la acción, y para ello emprendió un viaje a Grecia, que sería el último. Siempre tuvo una salud muy delicada. Esperando este viaje se agravó su estado, y murió antes de partir. Él quiso que se destruyera su manuscrito, pero Augusto lo conservó. A pesar de ser un poema a falta de una última corrección, se ve la perfección en el lenguaje, en la relación fondo ─ forma, en la belleza del estilo, en las descripciones, casi pictóricas.
Se ha dicho que de los 12 cantos de que se compone la Eneida, los 6 primeros imitan a la Odisea con sus viajes, peripecias y aventuras, y los 6 últimos, a la Ilíada, con sus luchas y episodios guerreros. Sea como fuere, la Eneida es un poema latino original y adaptado al gusto y mentalidad de las personas a quienes iba dirigido. No les era extraño a los romanos, sino todo lo contrario, y la aceptación que tuvo se puede apreciar en distintas inscripciones, no sólo en los ambientes cultos de la corte, sino en toda clase de personas.
Argumento

Canto I
Eneas con unos pocos Troyanos, al ser destruida la ciudad de Troya por los Griegos, parte con los dioses Penates de Troya a fundar una nueva donde los dioses le señalen. Según el destino, se asentará en Italia. Venus, su madre, lo ayuda, mientras Juno lo retrasa provocando una tempestad que lo arroja a las costas de Cartago, donde la reina Dido está construyendo una ciudad. La reina se enamora de Eneas y quiere retenerlo. Organiza un banquete en su honor y le pide que le cuente la caída de Troya y las vicisitudes de su viaje.
Canto II
En este canto Eneas cuenta la destrucción de la ciudad por medio de la estratagema del caballo (en la imagen) ideada por Ulises, y cómo él solo con su padre, su hijo y un grupo de troyanos consigue huir. Su mujer, Creusa, muere en el asedio de Troya. (Cfr. Lecturas romanas, El caballo de Troya)
Canto III
Sigue contando su viaje, cómo encuentra a Andrómaca, la mujer de Héctor; cuenta también la muerte de su padre Anquises en Sicilia, y la de su piloto Palinuro, en la tempestad.
Canto IV
Es el más romántico de todos. Cuenta los amores de Dido y Eneas. La reina hace lo posible para que se quede, ayudada por la diosa Juno. Pero la diosa Venus, madre de Eneas, manda al mensajero de los dioses, Mercurio, a que recuerde a Eneas su obligación de buscar un nuevo lugar para la Troya que fue destruida. Eneas se decide a abandonar a Dido en secreto. Ésta se entera y en una pira amontona todas las pertenencias de Eneas, la prende fuego y se mata con la espada de su amado, como se ve en la imagen. (Cfr. Lecturas romanas, Dido y Eneas)

 Canto V.
Eneas se hace a la mar y llega a Sicilia un año más tarde de que muriera su padre. Así organiza unos juegos fúnebres en honor a Anquises, cosa que nos cuenta en este canto.
Canto VI
Desde Sicilia llega a las costas de Italia. Nos cuenta la bajada de Eneas a los infiernos. Es una visión del futuro de Italia, porque allí se encuentra las almas de los que más tarde serán los que regirán la ciudad de Roma. Habla con ellos y le irán desgranando lo que será Roma en el futuro. Además se encuentra con su padre y con Dido que no le quiere ver.
Canto VII
Ahora  comienzan las luchas por la supervivencia y el predominio en el Latio. Eneas establece una alianza con el rey Latino, que le ofrece en matrimonio a su hija Lavinia. Pero Juno provoca la enemistad de Turno, rey de los Rútulos, prometido de Lavinia.
Canto VIII
Se nos narra cómo Eneas quiere buscar alianzas, y para ello viaja por el río Tíber hacia el interior de Italia y encuentra a Evandro, rey de los Arcadios, que ocupa el lugar que luego será el de la ciudad de Roma. Hace con él una alianza, y Palante, hijo de Evandro, con algunos caballeros, se va con Eneas. Éste recibe unas armas que Vulcano, dios del fuego, ha hecho por encargo de Venus. En estas armas, por medio de bajorrelieves se narran acontecimientos de la futura Roma.
Canto IX
Durante el viaje de Eneas, Turno ataca el campamento de los troyanos, quema sus barcos y ocupa el campo. Dos jóvenes, Niso y Euríalo atacan a los Rútulos, pero, imprudentes, son matados por éstos. 
Canto X
Comienza con una asamblea de los dioses. Se enfrentan Juno y Venus, defensoras, cada una de uno de los dos bandos: Venus, madre de Eneas, de los Troyanos; Juno, de los Rútulos. Júpiter es partidario de que sea el Destino quien actúe. Eneas vuelve con los Arcadios y vence en la batalla en la que muere Palante. Turno es salvado por Juno que lo aleja de la pelea haciéndole ir tras un fantasma que aparentaba ser Eneas. Se llevan a cabo unas exequias fúnebres en honor de Palante. (Cfr. Lecturas romanas, La asamblea de los dioses)
Canto XI
Después de una tregua de 12 días para sepultar a los muertos de las batallas anteriores, Eneas ataca y vence al escuadrón de la reina de las Amazonas, Camila, y a los guerreros Volscos. Después asalta la ciudad de Laurento
Canto XII
Por último, cuenta el episodio final de la guerra, que se decidirá por medio de un combate singular de Eneas y Turno, protagonista y antagonista, respectivamente de la obra. La ninfa Juturna ayuda a su hermano Turno, y Venus a su hijo. Eneas vence a Turno y le da muerte.

Los personajes.-

Eneas
Llevando a cuestas a su padre al salir de Troya          
   es el típico romano: religioso, amante de sus tradiciones, de su familia, de sus antepasados, de sus subordinados; respetuoso para con los desconocidos; valiente y esforzado en las batallas. El adjetivo que mejor le va y que Virgilio le aplica con frecuencia es el de “pius” que quiere decir piadoso: piadoso en sus relaciones con los dioses, con su familia, con sus compañeros. Además es valiente: 
Troius Aeneas pietate insignis et armis
El troyano eneas insigne en su piedad y en la lucha
 apasionada, tanto en el amor como en el odio; tanto en su vida terrena como en la de ultratumba. La tradición romana más antigua decía que por esta enemistad comenzaron las hostilidades entre Roma y Cartago que culminaron con las Guerras Púnicas.
Turno
el antagonista, ardiente en sus resoluciones, parece a muchos lectores más simpático que Eneas.
El rey Latino
la ancianidad venerable. 
Niso y Euríalo
la amistad en la juventud.

No puede Virgilio dejar de ser en la Eneida lo que ha sido en las Bucólicas y en las Geórgicas: el amor a la Naturaleza está por todas partes, en las descripciones, en los epítetos, sobre todo cuando se refiere a Italia.
El verso hexámetro, verso dactílico de seis medidas o pies dáctilos, que tienen tres sílabas, una larga (—) y dos breves (UU): —UU, fue introducido en Roma a imitación de los griegos, sobre todo de Homero, por Ennio y utilizado por Lucrecio y Catulo. Virgilio lo elevó a la más alta cumbre de obra de arte, tanto que se le puede considerar como una de las grandes aportaciones romanas al mundo del arte, comparable al Coliseo o al Panteón. El hexámetro de Ennio podría ser copia del verso griego de Homero; el de Virgilio es original, latino.
La Eneida es una “novela”; pero una novela en la que los estudiantes romanos encontraban todo el saber de su tiempo, y por eso la utilizaron como libro de texto. Es historia, geografía, mitología, religión, astronomía, etc., es decir, una enciclopedia que pudo sustituir con creces al libro de texto anterior, que era la traducción que Livio Andrónico hizo al latín de la Odisea de Homero. La Eneida, además de todo eso, era ROMANA, es decir, cosa propia.
Propercio dice de este poema:
"Cedite, Romani scriptores, cedite Graii;
Nescio quid maius nascitur Iliade."
Retiraos, escritores Romanos; retiraos escritores Griegos; me da la impresión de que ha nacido algo más grande que la Ilíada

Se cree que Virgilio, además de las obras que hemos comentado, escribió otras en su juventud, y que están recogidas, junto con las importantes, en una compilación denominada “Apendix Virgiliana”. Entre éstas podemos enumerar: “Culex”, “Ciris”, “Catalepton”, “Aetna”, “Elegiae in Mecenaten”.